Brasil lavó la mala imagen de sus últimos partidos con una goleada en Porto Alegre sobre un Perú desahuciado, hundido en el fondo de la tabla de las Eliminatorias sudamericanas del Mundial 2010
Brasil lavó la mala imagen de sus últimos partidos con una goleada balsámica en Porto Alegre, por 3-0, sobre un Perú desahuciado, hundido en el fondo de la tabla de las Eliminatorias sudamericanas del Mundial 2010.
Luis Fabiano, al marcar los dos primeros tantos del partido, terminó con la sequía goleadora de la canarinho en suelo brasileño, que se mantenía desde noviembre de 2007.
La tarea la redondeó en la segunda mitad Felipe Melo, que marcó en una jugada individual, después de trotar sin oposición por toda la mitad de campo de los peruanos.
Brasil hizo respetar su feudo, presionó bien, dominó la pelota en todo momento y demostró más capacidad creativa que en ocasiones anteriores, aunque no necesitó de esmerarse con intensidad, porque en frente tenía un rival flojo y complaciente, que regaló preciosos huecos en la defensa.
Esta victoria le permitió a la verde-amarela escalar hasta los 21 puntos y la segunda casilla, mientras que los peruanos quedaron hundidos en el fondo de la tabla, con siete puntos, que dejan el sueño del Mundial prácticamente imposible.
El principal cambio que introdujo Dunga con respecto al equipo que empató 1-1 en Quito del pasado domingo, fue la entrada de Kaká, recuperado de su lesión, en sustitución de Ronaldinho, que fue uno de los jugadores más apagados en aquel choque.
Kaká, centrocampista del Milan italiano, le dio un nuevo aire a Brasil, que impuso un ritmo intenso desde el comienzo del partido, y precisamente él abrió el camino de la victoria, al forzar un penal, que cometió Carlos Zambrano para evitar que penetrase hasta la línea de gol.
La temprana máxima penalidad fue ejecutada por Luis Fabiano, que disparó raso y al palo, haciendo imposible la estirada del arquero Leao Butrón, que había adivinado la trayectoria.
Comprometidos con la tarea de reconciliarse con su afición, los brasileños subieron las revoluciones, encajonaron a Perú en su área y multiplicaron las ocasiones, buscando tirar paredes y bombear balones con los que superar la muralla rojiblanca.
El fruto de la insistencia llegó unos pocos minutos después, cuando Luis Fabiano aprovechó un centro de Daniel Alves para escaparse de la línea defensiva, recibir con el pecho en el área y rematar a placer el segundo.
El dominio de los locales fue cada vez más abrumador y tan solo Butrón logró evitar el desastre con varias buenas actuaciones, como la parada que desbarató un tiro a bocajarro de Elano al filo del descanso, o la mano que desvió un certero remate de cabeza de Luis Fabiano.
Perú no conseguía elaborar contraataques, puesto que Rainer Torres y Juan Carlos La Rosa estaban ahogados y se vieron superados en todo momento por Gilberto Silva y Felipe Melo.
Precisamente, el centrocampista de la Fiorentina marcó el tercero, después de robar un balón en el centro del campo y correr disparado hasta el área rival, donde remató ante la salida de Butrón.
En la jugada siguiente, Nolberto Solano tuvo la única ocasión de la 'rojiblanca', con un remate duro y lejano, que desvió Julio César al travesaño.
Con la tarea liquidada, Dunga dio entrada a dos antiguos ídolos de los dos equipos de Porto Alegre, Alexandre Pato, del Internacional, y Ronaldinho, del Gremio, que fue muy abucheado, aunque ninguno de los dos se exhibió porque el ritmo del partido ya estaba decayendo.
Este partido, correspondiente a la duodécima jornada de las Eliminatorias sudamericanas del Mundial de Sudáfrica 2010, se disputó en el estadio Beira-Río, de Porto Alegre, ante 50.000 aficionados. Se guardó un minuto de silencio por la tragedia del partido entre Costa de Marfil y Malaui. (Fuente espn.com)
Luis Fabiano, al marcar los dos primeros tantos del partido, terminó con la sequía goleadora de la canarinho en suelo brasileño, que se mantenía desde noviembre de 2007.
La tarea la redondeó en la segunda mitad Felipe Melo, que marcó en una jugada individual, después de trotar sin oposición por toda la mitad de campo de los peruanos.
Brasil hizo respetar su feudo, presionó bien, dominó la pelota en todo momento y demostró más capacidad creativa que en ocasiones anteriores, aunque no necesitó de esmerarse con intensidad, porque en frente tenía un rival flojo y complaciente, que regaló preciosos huecos en la defensa.
Esta victoria le permitió a la verde-amarela escalar hasta los 21 puntos y la segunda casilla, mientras que los peruanos quedaron hundidos en el fondo de la tabla, con siete puntos, que dejan el sueño del Mundial prácticamente imposible.
El principal cambio que introdujo Dunga con respecto al equipo que empató 1-1 en Quito del pasado domingo, fue la entrada de Kaká, recuperado de su lesión, en sustitución de Ronaldinho, que fue uno de los jugadores más apagados en aquel choque.
Kaká, centrocampista del Milan italiano, le dio un nuevo aire a Brasil, que impuso un ritmo intenso desde el comienzo del partido, y precisamente él abrió el camino de la victoria, al forzar un penal, que cometió Carlos Zambrano para evitar que penetrase hasta la línea de gol.
La temprana máxima penalidad fue ejecutada por Luis Fabiano, que disparó raso y al palo, haciendo imposible la estirada del arquero Leao Butrón, que había adivinado la trayectoria.
Comprometidos con la tarea de reconciliarse con su afición, los brasileños subieron las revoluciones, encajonaron a Perú en su área y multiplicaron las ocasiones, buscando tirar paredes y bombear balones con los que superar la muralla rojiblanca.
El fruto de la insistencia llegó unos pocos minutos después, cuando Luis Fabiano aprovechó un centro de Daniel Alves para escaparse de la línea defensiva, recibir con el pecho en el área y rematar a placer el segundo.
El dominio de los locales fue cada vez más abrumador y tan solo Butrón logró evitar el desastre con varias buenas actuaciones, como la parada que desbarató un tiro a bocajarro de Elano al filo del descanso, o la mano que desvió un certero remate de cabeza de Luis Fabiano.
Perú no conseguía elaborar contraataques, puesto que Rainer Torres y Juan Carlos La Rosa estaban ahogados y se vieron superados en todo momento por Gilberto Silva y Felipe Melo.
Precisamente, el centrocampista de la Fiorentina marcó el tercero, después de robar un balón en el centro del campo y correr disparado hasta el área rival, donde remató ante la salida de Butrón.
En la jugada siguiente, Nolberto Solano tuvo la única ocasión de la 'rojiblanca', con un remate duro y lejano, que desvió Julio César al travesaño.
Con la tarea liquidada, Dunga dio entrada a dos antiguos ídolos de los dos equipos de Porto Alegre, Alexandre Pato, del Internacional, y Ronaldinho, del Gremio, que fue muy abucheado, aunque ninguno de los dos se exhibió porque el ritmo del partido ya estaba decayendo.
Este partido, correspondiente a la duodécima jornada de las Eliminatorias sudamericanas del Mundial de Sudáfrica 2010, se disputó en el estadio Beira-Río, de Porto Alegre, ante 50.000 aficionados. Se guardó un minuto de silencio por la tragedia del partido entre Costa de Marfil y Malaui. (Fuente espn.com)
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