La Superliga china de fútbol (CSL) da el pistoletazo de salida a su nueva temporada este fin de semana con la esperanza de superar el escándalo de amaño de partidos y corrupción generalizada que ha asolado este deporte en los últimos años.
El Beijing Guoan, el equipo de la capital, defiende el título frente a otros 15 aspirantes, entre los que no estarán ni el Guangzhou GPC y el Chengdu Blades, descendidos administrativamente por su implicación en la compra de partidos.
La "Guardia Imperial", apodo con el que se conoce al actual campeón, mantiene la mayor parte de la plantilla que le aupó la última temporada a un título que se le resistía desde hacía 25 años, aunque pierde al hondureño Emil Martínez, clave en la consecución del cetro.
Uno de los máximos rivales será el Shandong Luneng, dominador de la competición en los últimos años y que se reforzó con la contratación del veterano entrenador croata Branko Ivankovic, anteriormente seleccionador de Irán.
Sin embargo, el fichaje de más relumbrón lo protagonizó el Shaanxi Chanba, modesto equipo del norte del país, que firmó al ariete africano Mohamed Kallon, ex del Inter de Milán y el Mónaco.
China se encuentra en plena campaña para "limpiar" el fútbol, un deporte muy popular en el gigante asiático pero cuya competición doméstica nunca ha logrado la atención de la población local.
El mundo del fútbol chino se ha convertido en un campo de experimentación nacional en la lucha contra la corrupción, después de que el presidente comunista, Hu Jintao, expresara el pasado año su preocupación por el mal estado institucional de ese deporte y los pésimos resultados de la selección china a nivel internacional.
Entre los arrestados en la campaña anticorrupción figuran dos ex vicepresidentes de la federación (Nan Yong y Yang Yimin), el hasta entonces director del comité de árbitros, Zhang Jianqiang, y tres conocidos árbitros de la competición nacional, entre ellos "Silbato de Oro" Lu Jun, que pitó en el Mundial 2002.
(Fuente adn.es)
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