En el estadio Tardini, gracias a un tanto de Valery Bojinov, Parma le ganó por 1 a 0 a Milan y, de esta manera, condenó al Diavolo a quedarse parado con 59 unidades y a compartir la segunda plaza con Roma, mientras que por su parte se trepó a la décima plaza del torneo, que comparte con Fiorentina, ambos con 41 puntos.
Los rossoneri no merecieron perder el encuentro, pero hay admitir que tampoco merecían un triunfo. Probablemente un empate hubiera sido un resultado más justo, pero al final una pésima dirección del referí y la falta di ritmo, de concentración y de convicción le fueron fatales a la visita.
En efecto, alcanzaron doce segundos para entender que Milan no iba a tener una buen noche: apenas comenzó el encuentro, Parma sacó desde le medio mientras que toda la defensa de Milan estaba todavía haciendo "streching", de manera que Crespo pudo recibir solito y mano a mano contra Abbiati estampar el balón sobre la trasversal.
Diavolo distraído, pero afortunado. in embargo, tal vez para el conjunto de Leonardo hubiera sido mejor sufrir gol en esa ocasión, que probablemente hubiera despertado a los rossoneri. En cambio, Milan "durmió" por toda la primera etapa, en la que sufrió exageradamente la presión de los azul y oro, el ritmo elevado de los volantes locales y los movimientos profundos de Crespo. El único rossonero que jugó a algo en esos primeros 45 minutos fue Seedorf, que logró inventar de la nada las únicas ocasiones de la visita.
En el complemento, a frente del bajón del holandés, se vio un Diavolo regenerado, más alto en la cancha y más determinado. Seguramente ayudó mucho el ingreso de Inzaghi, quien tuvo enseguida una buena chance que la defensa de Parma fue hábil en neutralizar.
Pero los locales seguían vivos y peligrosos: la línea mediana fue dirigida perfectamente por Galloppa, quien por encima se metió a menudo en el área para crear superioridad numérica en fase ofensiva.
Sin embargo, hay que decir que la clave de esa superioridad en el medio fue una actitud bastante violenta, que vio en la falta sistemática la mejor táctica para cortar el juego de Milan. Fue terrible, por ejemplo, una patada que Morrone le pegó a Ronaldinho, que además fue una falta evidentemente calculada para vengarse del hecho de que los rossoneri siguieran jugando luego que Valiani había quedado tirado en el piso.
De todas maneras, la visita pudo crear dos clarísimas chances para mandarla a guardar, pero en la primera Seedorf falló un pase bastante fácil y no logró habilitarlo a Pirlo, quien había quedado solísimo sobre el vértice izquierdo del área. Luego, Inzaghi erró un cabezazo parado en soledad a pocos pasos del área chica.
Así, el match parecía destinado al empate, pero un error clamoroso de Abbiati hundió definitivamente a la visita: el arquero le regaló el balón a Parma sobre el límite del área con un despeje errado, que le permitió a Biabiany rematar en soledad y a Bojinov mandarla a guardar con un fácil "tap-in" luego de la atajada del arquero. Sobre el final, quedó el tiempo para que el referí lo echara a Pirlo por una violenta falta.
De esta manera, con una derrota contra un equipo que no juega más por ningún objetivo en este torneo, Milan se quedó a menos cuatro de Inter y sus chances para el Scudetto se achicaron notoriamente.(Fuente ESPNdeportes.com)
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