
El vencedor fue el conjunto inglés de Charlton y Best, que se impuso a su adversario luso por un contundente 4-1.El segundo gran éxito del club en la "Champions" se produjo en una campaña mágica para la plantilla del escocés Ferguson, que se metía en el bolsillo el famoso "trébol" (1998-99).Fue, según se recuerda en este país, la mejor temporada de un equipo de fútbol inglés. Ese Manchester demoledor de David Beckham se convirtió en el primer y único conjunto que ganaba la Liga, la Copa de Inglaterra y la Liga de Campeones de la UEFA en el mismo curso.El "míster" escocés comentó en su día que lo más complicado fue proclamarse vencedores en el torneo doméstico (la actual "Premier"), que ganaron matemáticamente en la última jornada de curso tras derrotar al conjunto londinense Tottenham Hotspur (2-1).En la final de la Copa de Inglaterra (la FA Cup), los pupilos del escocés eliminaban al Newcastle United con dos goles que firmaban entonces Teddy Sheringham y Paul Scholes, que aún continúa siendo una de las piezas más sólidas y duraderas de ese equipo.En la hoy llamada "Champions League", el Manchester tuvo que disputarse la Copa con el Bayern Munich en la que se sigue considerando una de las mejores finales que se han librado en la historia de este deporte.No es para menos. El United perdía tras haber encajado un gol de lanzamiento de falta de Mario Basler en el minuto 6; y el Bayern estrellaba dos tiros en los postes de la portería que entonces protegía Peter Schmeichel. Aún así, la formación británica se las arregló para remontar y marcar dos goles consecutivos en los últimos tres minutos del partido.
Sheringham rubricó el primer tanto, y el segundo lo firmó el noruego Ole Gunnar Solskjær. Ambas acciones fueron remates a dos córner que lanzaba David Beckham.Tras ese partido, Ferguson recibió la Orden del Imperio Británico, que le concedió la Reina de Inglaterra, Isabel II, por la contribución del veterano "míster" al fútbol inglés.La siguiente Copa europea le llegó a este club en una final "británica" que libró ante un Chelsea que entrenaba el técnico israelí Avram Grant, un personaje poco popular entre la afición "blue". Fue en Moscú, y se decidió en una vertiginosa tanda de penaltis, tras el 1-1 final (obra de Cristiano Ronaldo y de Frank Lampard).Uno de esos disparos lo falló el capitán del Chelsea, un John Terry que lloró desconsolado al darse cuenta de que su error daba el trofeo al conjunto rival (6-5).
El próximo miercoles, el United, que acaba de ganar el título de Liga premier, afronta otro gran reto europeo ante otro adversario peliagudo, un Barcelona arrollador. Seguramente, otra gran final para la historia del fútbol. (Fuente EFE)
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