EL FÚTBOL SUFRE UNA GRAVE ENFERMEDAD


¡¡Señor Esquivel, señor Esquivel, se le solicita con urgencia en Terapia Intensiva, señor Esquivel, señor Esquivel, lo necesitamos en con suma urgencia en Terapia Intensiva, el fútbol de su país se muere, por favor acérquese a Terapia Intensiva!! Es la voz de suplica de toda la Venezuela amante y apasionada, pero muy golpeada y sufrida por los dirigentes de nuestro país.

Todo parece indicar que el Sr. Rafael Esquivel no se encuentra disponible ni con ganas de acercarse a Terapia Intensiva para al menos darle animo a su país, un país tan sufrido y desconsolado que se encuentra postrado en una cama de un frio sótano en ese hospital llamado Conmebol. Esta es una pena que comenzó en 1986, cuando Rafael Esquivel asumió como presidente de esa organización FVF y de a poco se fue convirtiendo en el Fidel Castro de nuestro fútbol, es decir, no se fue más. Tal vez haya usado una fuerte dosis de “pegamento” para poder asirse con mucha más fuerza a esa silla.

La enfermedad es agotadora y cada vez más fuerte, muchos dirigentes deportivos junto a muchos periodistas de algunos medios, se han encargado de enfermar y poner cada vez más agonizante -quizás pisando la manguera del oxigeno- a este hermoso deporte de nuestro país.

LAS ASOCIACIONES TIENEN EL REMEDIO
Los remedios siempre han existido para este mal, allí están al alcance de las manos. Es más, los remedios no hay que comprarlos ya están a nuestra disposición, siempre lo estuvieron. Estas medicinas y soluciones están en cada uno de los dirigentes de las Asociaciones de Futbol de cada estado, la medicina que se debe aplicar para salvar a nuestro fútbol no es más que la sublime y noble justicia y en el correcto quehacer ético de los dirigentes deportivos, de los personajes como los presidentes de equipos, quienes con sus votos y el ojo avizor pueden resucitar a este fútbol moribundo y casi desahuseado donde lo han dejado.

Un fútbol en picada, que no parece haber avanzado nada, ya que en 4 partidos nos han metido 11 goles y solo hemos encajado 3, donde de 16 puntos posibles para alcanzar solo hemos obtenido 1, donde muchos personajes le van sacando pedazo a pedazo, mordisco a mordisco a esta gran torta que han puesto y sin embargo se la están comiendo. Es decir, lo que se están comiendo no es más que La estructura de fútbol venezolano.

Y es precisamente a eso lo que nos debemos enfrentar a eliminar esa estructura mal edificada con bases de cartón y crear una mejor y más argumentada edificación con una estructura solida en forma de pirámide invertida donde la mayor inversión se deposite en las bases de este fútbol, debemos sembrar esa semilla que nos de satisfacciones poco a poco, que tenga pie de plomo y manejadores consientes, que estos dirigentes o técnicos no tengan intereses dentro de los equipos y que los convocados a las distintas selecciones sean realmente porque se lo merecen y no porque andan buscando una gratificación o para que lo miren en el exterior y poder ganarse una platica.

Una motivación mayor para los futbolistas, para los técnicos, para los árbitros y por ende esta motivación va a redundar en un mayor respaldo y participación por parte de los fanáticos en llenar de una vez y por todas esos elefantes blancos que fueron llevados por sus orejas para realizar algo en el 2007, halados como para trabajar en un gran circo que ahora nos damos cuenta que era pura política y no deporte.

Muchas son las causas que originan este mal en nuestro fútbol, un mal que parece no detenerse porque es un gran negocio pero solo para unos pocos, un mal que parece que se ramifica y nunca termina de crecer. Parece un cáncer mal curado y cuando parecía que teníamos mejoría, no indican metástasis y recaemos de nuevo, parece que es algo de nunca acabar. La posible solución de esta enfermedad, podría ser que la sociedad actúe, porque si nos ponemos a esperar que la FVF lo haga, ninguno de nosotros vamos a vivir para ver a nuestro país en un mundial de fútbol.
Las expectativas eran muchas y de sobra por el regreso de La Vinotinto a San Cristóbal, recordábamos a cada momento lo sucedido con Richard Páez en noviembre pasado cuando los fanáticos aplicaron casi que la justicia con sus propios gritos y lograron hacer realidad una petición casi que nacional, ahora, para este partido contra Brasil se esperaba algo igual pero no sucedió así, quizás por la cercanía del partido contra Ecuador. ¿Pero será en su propia casa que lo griten y lo expulsen?, amanecerá y veremos.

Los verdaderos fanáticos del fútbol, aquellos que se visten, se pintan, gritan y les duele una derrota y lloran por un triunfo, aquellos que con sus hijos en la espalda hacen una inmensa cola para comprar las entradas, aquellos que por no tener posibilidades sufren desde su casa y celebran cada partido como si fuese el último, es decir, todo aquel que por moda se coloca la Vinotinto y es plausible porque eso es identificación nacional. Todos esos fanáticos deberían exigir más enérgicamente, que estos “causantes de la enfermedad” depongan su actitud y también tener el valor para denunciarlos, porque mientras más denunciemos a la luz pública todas estas irregularidades, mas fuerte será la presión que tendrán. Debemos entre todos unirnos para que el fútbol se empiece a curar, para que salga de esta Terapia Intensiva donde esta inmerso, para que en un futuro mis hijos y los hijos de Venezuela puedan ver lo que quizás nosotros no podremos si no actuamos de inmediato.

Para comentarios y sugerencias alejandrorsanchez@hotmail.com


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